Cómo construirte un Cozy Bunker: Do It Yourself en 7 pasos

Un búnker. Era lo que nos faltaba en el portfolio de WANNA para constatar que, cuando se trata de crear y diseñar, nos atrevemos con todo. Pero es que, además, ¿a quién no se le ha pasado por la cabeza alguna vez construirse uno? Bien al ver una película con tintes apocalípticos; bien al leer las noticias (¡con la que está cayendo!) o, cómo no, al intentar hacer frente a las pequeñas emergencias cotidianas… Razones nos sobran a lo largo del día para entonar el “¡Tierra, trágame!” y bajarse al búnker es la salida de emergencia perfecta para todo tipo de situaciones.

Vaya por delante que no hace falta ser multimillonario/-a para tener uno. Nosotras lo hemos construido, y además en el Palacio de la Trinidad donde se celebra Casa Decor 2024, y no estamos (todavía) al nivel financiero de Mark Zuckerberg o Jeff Bezos.

Así pues, ¿cómo puedes construirte un Cozy Bunker DIY?

1. Lo fundamental es tener espacio. Idealmente el búnker ha de estar bajo tierra. Un jardín o una huerta serían perfectos. Hazte con una excavadora o un pico y una pala (como Fernando Higueras) y dale duro. Si encuentras ruinas haz la vista gorda -o no. Y una vez tengas una cavidad considerable (en el caso de Cozy Bunker, 12 metros cuadrados nos bastan), puedes tirar de hormigón o plantar allí un contenedor marítimo. ¿Qué pasa si no dispones de un terrenito? Un sótano o, in extremis, un armario empotrado también podrían llegar a ser aptos para construir un refugio —aunque a priori su infalibilidad sea dudosa.

2. Olvida todo lo que has visto. El imaginario en torno a los búnkers no puede ser más tétrico y desesperanzador. Supón que hay una invasión de alienígenas sanguinarios. Tú te bajas a tu búnker al estilo de los que se han construido a lo largo de la historia. Te encierras y… El primer día, muy bien. El segundo, algo peor. Al tercer día seguro que empiezas a mirar a tu alrededor con aprensión: “Dios… Pero qué hago yo aquí”. Al cuarto sobreviene el bajón. Y al quinto sales por la escalerilla y te entregas felizmente a los alienígenas. ¿Quién quiere sobrevivir en un espacio que le recuerda constantemente que está en un agujero bajo tierra, mientras el mundo exterior se va al carajo? El equipo de WANNA, desde luego, no. 

3. Define qué uso alternativo quieres darle a tu Cozy Bunker. Estamos de acuerdo en que el fin principal del búnker es protegernos ante amenazas de diversa índole. Pero, como somos optimistas por naturaleza, estamos convencidas de que no va a darse ninguna situación extrema. Y no vas a invertir en un refugio simplemente para tenerlo cerrado, llenándose de polvo, ¿verdad? Por eso es importante que te preguntes para qué lo quieres. ¿Para bajarte a meditar y disfrutar del silencio? ¿Para huir de tus hijos? Que siiií, que los amas, ya lo sabemos, pero… ¿Para sorprender a tus ligues? ¿Para esconder lingotes de oro? ¿Para encerrar a tu jefe/-a y echar la llave al mar? Cada persona tiene sus razones. ¿Cuáles son las tuyas?

4. Una vez tengas claro para qué quieres el refugio subterráneo, piensa en tu bienestar. Y en la experiencia que quieres generar. Puede sonar frívolo, pero no lo es. Porque no es lo mismo sobrevivir que vivir. Construir un búnker es una manera de prepararse ante lo que está por venir; una oportunidad para garantizar tu(s) supervivencia(s). Entonces, ¿por qué no aprovechar, ya que estamos siendo previsores, para crear un espacio agradable que te haga sentir a gusto? Bien pensado, es absurdo no hacerlo de esta forma. Pregúntate qué te conecta con el confort y así sabrás qué es lo que no puede faltar en tu refugio subterráneo. En nuestro caso, necesitábamos que el espacio fuese envolvente, cálido, acogedor (porque las emergencias, sean del tipo que sean, nos hacen tiritar) y que despertase los sentidos. Por eso instalamos una chimenea para entrar en calor (una batamanta también serviría); una moqueta muy mullida para descalzarnos en paz; una bañera donde darnos un buen baño de espuma —cosa que en el día a día rara vez hacemos—y que nos ayude a sentir levedad; iluminación tenue —por favor, fundamental. Y unas velas aromáticas de Maison Margiela —sí, tenían que ser esas. Cómo no, una pequeña biblioteca. Y algo de música, para ambientar, obra del musicólogo Rigo Pex.  

5. Busca inspiración. En el caso de nuestro proyecto efímero Cozy Bunker, hemos tenido como referencias principales la arquitectura brutalista de Carlo Scarpa, intelectual, arquitecto, diseñador y artista italiano. Y a nivel estético, al madrileño Fernando Higueras. Concretamente su vivienda-estudio subterráneo situado a siete metros bajo tierra en el barrio de Chamartín: el “Rascainfiernos” (actual sede de la fundación que lleva su nombre). En esta “cueva”, como él la llamaba, Higueras se enterró cerca del infierno para engañar a la muerte y para, entre otras cosas, celebrar todo tipo de fiestas y grabar 2717 películas porno amateur, según su propio relato, tal y como recoge este maravilloso artículo de Jot Down. Brutalismo y hedonismo, buena combinación para transformar un búnker en un espacio resiliente que, además de garantizar la supervivencia bajo tierra, te garantice muchas SUPERvivencias ;-)

6. Selecciona bien los materiales. En nuestro caso hemos optado por los laminados de alta presión Formica, los laminados metálicos Homapal y las superficies innovadoras FENIX. Por la versatilidad de estos materiales, en cuanto a diseño, geometrías y volúmenes, así como por su riqueza de colores y acabados. Y porque, además, son hidrófugos.

7. No compres provisiones; date caprichos. Ni harina, ni papel higiénico, ni aceite de oliva, por favor. Las emergencias se llevan mejor con fantasías. Hazle un pedido de tartes aux fruits rouges en corbeille pour a Cedric Grolet. Que corra el buen vino, que no se acabe el jamoncito de bellota (o una alternativa vegana) y llévate tus mejores galas. Sea lo que sea, pero que te encante. Piensa en el disfrute y la evasión, no en la supervivencia. Esa es la clave definitiva de un Cozy Bunker. 

Disclaimer: esta es una publicación en clave de humor y ninguna de las indicaciones para crear un búnker es real ni ha de ser tenida en cuenta. WANNA se exime de toda responsabilidad. En caso de que quieras un búnker de verdad, escríbenos a WE@wannarockyou.com. En el estudio nos haremos cargo del diseño de interior experiencial, en colaboración con un empresa especializada en la construcción de espacios habitacionales de emergencia. Gracias.

Siguiente
Siguiente

Cómo aportamos valor añadido al retail: caso Primor